viernes, 20 de agosto de 2010

El prisma

Hay que ver lo importante que es el enfoque de las cosas. Poco a poco se va cambiando afortunadamente. Mi niño desde bien pequeñito no ha dormido bien. Nunca ha hechado una noche del tirón ni muchísimo menos. Y claro, esto a una madre primeriza, le cuesta, bueno le cuesta a todas, pero a una madre primeriza le coge un poco como "de sorpresa" . Y para colmo de males yo soy muyyyyyyyyyy dormilona. Bueno, en realidad eso creo que es bueno ya que me permite quedarme dormida antes de darme cuenta cada vez que el peque me despierta. En fin, a lo que iba, que al principio eso me costaba muchisimo y probamos muuuuuuuuchas opciones. Que si la cuna en su cuarto para no hacer ruido, con el consiguiente ir y venir constante, que si la cuna al lado de la cama, con el consiguiente despertar constante de los dos papis ( y mi marido en lo del sueño no se parece en nada a mi, en cuanto se despierta se desvela y puede tardar en dormirse unas dos horitas), en fin, todo lo que se nos ocurria. Hasta que al final decidimos ponerle la cuna en su cuarto, y al lado una cama grande y bajita que tenemos. Total que la opción final es, lo dormimos, lo echamos en su cunita y ahí echa el primer tirón. A veces llega hasta las 12:30, otras a las 3:00, otras a las 4:00. Ya en cuanto se despierta y se da cuenta, nos llama a su manera, y alla voy yo, lo saco de la cuna y lo pongo en la cama que tenemos allí al lado (yo la llamo palet, pq la estructura que la soporta es de maderas como un palet (made in ikea) y allí dormimos hasta por la mañana. Realmente así dormimos todos. Yo ni me entero de que me voy a la otra cama, cada vez que se despierta me ve y se vuelve a quedar casi sin quejarse, si se queja estoy al ladito así que es facil ponerle el chupe o abrazarlo o darle agua y cuando por la mañana nos levantamos no tengo que salir corriendo a la cuna. Además yo por la mañana no se si se ha despertado 2, 3, 4 o las veces que sean. Así que todos contentos. Además me encanta despertarme yo (alguna vez ocurre) por la noche y tenerlo allí acurrucadito y tan cerquita. Que gusto verlo tan tranquilito y relajado, con esa carita de angel.
Otro día contaré también lo que me gusta dormirlo.

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